viernes, 5 de abril de 2013

Fumar durante el embarazo, ¿es seguro?


En la primera consulta prenatal al realizar la entrevista clínica (anamnesis), una de las preguntas que se le hace a la mujer es si fuma, las que responden que si, suelen lanzarte otra como: ¿cuántos cigarrillos es seguro fumar durante el embarazo?
Ni un sólo cigarrillo. Ésa es la única cifra segura que deberías fumarte durante el embarazo. Ni 3 ni 5 ni 10. Destierra mitos como que para tu futuro hijo sería peor la ansiedad que le trasmitirías por no fumar que el daño que le puedan producir esos pocos cigarrillos. A esa ansiedad le puedes poner freno, a las sustancias tóxicas que atraviesan la placenta y llegan a tu bebé, no.
El tabaco es una droga lícita y socialmente aceptada que tiene repercusiones severas a nivel general y más concretamente en el embarazo (tanto para fumadoras activas como pasivas). Los efectos del tabaquismo durante la gestación y la lactancia materna puede acompañar al recién nacido hasta su vida adulta, es por ello, que me gustaría dar un espacio a este tema para que las madres estéis informadas de las consecuencias que tiene este hábito durante el embarazo.

LOS EFECTOS DEL TABACO:

- Mayor índice de aborto. Una fumadora tiene 10 veces más posibilidades de sufrir un aborto durante el primer trimestre del embarazo.
 
- Incremento de la morbimortalidad perinatal e infantil. El riesgo de muerte del bebé al nacer es de entre un 10-20% mayor entre fumadoras que entre las no fumadoras, según ha revelado un informe publicado en la revista Pediatrics.

- Mayor probabilidad de embarazo ectópico (el que ocurre fuera del útero), es una complicación del embarazo del primer trimestre, que puede ser potencialmente peligro para la vida de la mujer y el bebé (embrión) no puede sobrevivir.

- Menos peso al nacer. Los hijos de fumadoras llegan al mundo con un peso de entre 250 y 750 g menos. ¿Cómo se puede explicar?
El tabaquismo durante el embarazo provoca un envejecimiento prematuro de la placenta, quedando ésta limitada a la hora de cumplir con sus funciones (nutrir y oxigenar al feto, entre otras), por lo que los bebés de madres fumadoras suelen pesar menos. Señalar también, que muchas sustancias nocivas del tabaco atraviesan la placenta y llegan al riego sanguíneo del bebé, como el monóxido de carbono,  lo que bloquea el oxígeno que transporta  la sangre y daña su suministro, ocasionando un estado de hipoxia crónica al feto. A esto añadir, el efecto de la nicotina (hipoxemia aguda), que hace que los vasos sanguíneos se estrechen, provocando una disminución de oxígeno y nutrientes que llegan al feto. Esa hipoxia fetal causa retardo en la multiplicación celular y, consecuentemente, menor desarrollo fetal.
Para que os hagáis una idea, cada una de las caladas, provoca espasmos en los vasos sanguíneos de la madre y como consecuencia, el feto sufre alteraciones cardiacas y respiratorias. Una vez que se termina un cigarrillo, tendrán que pasar unos 45 minutos hasta que el feto se recupere de estas alteraciones.
Existe además una relación dosis-respuesta, cuanto mayor es el número de cigarrillos consumidos, mayor es la tasa de recién nacidos de bajo peso al nacer. Se cree que el bajo peso al nacer de los hijos de madres fumadoras se debe a un retraso directo del crecimiento dentro del útero y no es debido a la prematuridad, es decir, son niños pequeños para la edad de gestación.
En las mujeres fumadoras que abandonan el hábito tabáquico durante la gestación, el peso de sus hijos puede ser idéntico al de los hijos de las que nunca han fumado. Aunque todavía no se conoce con exactitud cuál es el momento en el que el consumo del tabaco es más perjudicial para el peso final del recién nacido, parece más evidente que sea en el tercer trimestre del embarazo, periodo en el que la demanda de oxigeno es mayor y más urgente.

- Aumento del síndrome de la muerte súbita del lactante. Los hijos de madres fumadoras no desarrollan correctamente las neuronas del centro respiratorio, y esto provoca que tengan 50 veces más posibilidades de sufrir muerte súbita que los de madres no fumadoras.


- Más frecuencia de parto prematuro. El riesgo de adelanto del parto se multiplica por 4-6 en fumadoras frente a no fumadoras. Pero no sólo esto, también aumentan en la misma proporción los trastornos del tercer trimestre del embarazo, como placenta previa (una condición en la que la placenta se ubica en una posición muy baja en el útero y cubre la totalidad o parte del cuello del útero), Abruptio Placentae (desprendimiento prematura de la placenta), hemorragias de la misma, Rotura prematura de membranas (el saco que contiene al bebé dentro del útero se rompe antes de que comiencen el trabajo de parto), etc.
No podemos obviar el hecho de que, los recién nacidos prematuros y con bajo peso al nacer tienen mayores riesgos de sufrir problemas graves de salud durante el primer periodo de vida, tales como parálisis cerebral, retraso mental y problemas de aprendizaje.
 
- Mayor riesgo de malformaciones y enfermedades graves.
Los expertos de la Fundación March of Dimes (Estados Unidos) encontraron que las mujeres que fumaron estando embarazadas tenían cerca de 2,5 veces más de probabilidades de tener bebés con labio leporino o paladar hendido (defectos congénitos)
Uno de los efectos del tabaco sobre el futuro bebé es el aumento de la inestabilidad cromosómica, detectado en fetos de madres fumadoras, que se considera un factor de predisposición al cáncer. Un estudio, en fase inicial, llevado a cabo en la Unidad de Biología y Genética Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona, publicado por la prestigiosa revista Journal of the American Medical Association (JAMA) demuestra que los cromosomas de los fetos de madres fumadoras presentaron un aumento significativo de anomalías cromosómicas, en comparación con los fetos de madres no fumadoras. Además, tan sólo en fetos de madres fumadoras se detectó la presencia de lesiones en una región del cromosoma 11 (banda 11q23) en la que se encuentran diversos genes que pueden contribuir al desarrollo de leucemias durante la infancia. Otro tipo de tumores como el de riñón, también es más frecuente en niños cuyas madres fumaron en el embarazo. Y es que las sustancias carcinogenéticas pasan a la sangre fetal y por las especiales características que hay en el líquido amniótico, estas sustancias no se depuran ni eliminan con la rapidez adecuada, lo que provoca que aumente su capacidad carcinogenética.

- Aumento de la prevalencia de asma bronquial. Los hijos de madres fumadoras nacen con un peor desarrollo del árbol bronquial. Si, además, la madre continúa fumando después del parto, el humo ambiental del tabaco puede dañar más el desarrollo del sistema respiratorio del niño y condicionarle en la aparición del asma bronquial. Es decir, no existe una relación directa entre el humo del tabaco y el asma bronquial, pero sí que actúa como un factor de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad en el niño. También incide en un mayor número de enfermedades e infecciones de vías respiratorias (como otitis, bronquitis, neumonía).
“NO CONVERTIR AL NIÑO EN FUMADOR PASIVO”

- Problemas en la sangre. El humo del tabaco causa daño celular e inflamación de los tejidos en los fumadores pasivos y hace que la sangre sea más propensa a coagularse.

- Estrabismo. Con cada cigarrillo fumado en el embarazo se eleva un 5% el riesgo de que el niño tenga estrabismo, según un estudio publicado en la American Journal of Epidemiology

- Problemas de fertilidad. Además de reducir la fertilidad de las personas fumadoras, su consumo durante el primer trimestre daña la fertilidad futura del bebé, ya que reduce el número de células germinales y somáticas. 

- Signos de irritabilidad y temblor que se asocian a un posible síndrome de abstinencia del recién nacido por la nicotina (temporal), según un estudio de la Universidad de Brown (Estados Unidos). También se sugiere que los bebés de madres que fuman durante el embarazo pueden experimentar un síndrome de abstinencia similar al observado en los bebés de madres que consumen ciertas drogas ilícitas.
Un estudio publicado en la American Medical Journal of Psychiatry en 2003 advierte de que los niños prenatalmente expuestos a altas dosis de tabaco (más de 20 cigarrillos por día) tienen un alto riesgo de desarrollar de adultos una dependencia de la nicotina.

- Hiperactividad y Déficit de Atención. La University Collegue de Londres ha comprobado que los niños que respiran humo de tabaco son más proclives a la hiperactividad.

- Efectos de la nicotina a través de la leche materna (tiene acción sobre el corazón y el Sistema Nervioso). En la lactancia la nicotina disminuye la producción de leche, produce inquietud, insomnio, vómito, diarreas, succión débil, apneas y debilidad del lactante.

Estas son algunas de las consecuencias, un sinfín de problemas que el bebé tendrá que enfrentarse antes y después de nacer.
A pesar de la educación para la salud y de toda la información que hay sobre los efectos del tabaco durante la gestación, hay un alto índice de mujeres fumadoras durante el embarazo que no abandonan el hábito tabáquico (entorno al 30%), por lo que el tabaquismo en gestantes (y a nivel general) constituye un importante problema de salud pública.
En mi opinión, creo que las campañas informativas y educativas para que las mujeres dejen de fumar, por lo menos durante el embarazo, no están siendo efectivas, por lo que deberían modificarse.

IMPORTANTE: Si estás embarazada o tienes intención de ser madre, NO LO DUDES, consulta con tu matrona  para que te ayude a dejar el tabaco, ella dispone de recursos seguros que te pueden ser de mucha utilidad. Además, es el mejor momento para dejar de fumar, ya que hay razones de peso para hacerlo.

Alejandra

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