En la primera consulta prenatal al realizar la entrevista clínica (anamnesis), una de las preguntas que se le hace a la mujer es si fuma, las que responden que si, suelen lanzarte otra como: ¿cuántos cigarrillos es seguro fumar durante el embarazo?
Ni un sólo cigarrillo. Ésa es la única cifra segura
que deberías fumarte durante el embarazo. Ni 3 ni 5 ni 10. Destierra mitos como
que para tu futuro hijo sería peor la ansiedad que le trasmitirías por no fumar
que el daño que le puedan producir esos pocos cigarrillos. A esa ansiedad le
puedes poner freno, a las sustancias tóxicas que atraviesan la placenta y
llegan a tu bebé, no.
El tabaco es una
droga lícita y socialmente aceptada que tiene repercusiones severas a nivel
general y más concretamente en el embarazo (tanto para fumadoras activas como
pasivas). Los efectos del tabaquismo durante la gestación y la lactancia
materna puede acompañar al recién nacido hasta su vida adulta, es por ello, que
me gustaría dar un espacio a este tema para que las madres estéis informadas de
las consecuencias que tiene este hábito durante el embarazo.
LOS
EFECTOS DEL TABACO:
- Mayor índice de
aborto. Una fumadora tiene 10 veces más posibilidades de
sufrir un aborto durante el primer trimestre del embarazo.
- Incremento de la
morbimortalidad perinatal e infantil. El riesgo de muerte
del bebé al nacer es de entre un 10-20% mayor entre fumadoras que entre las no
fumadoras, según ha revelado un informe publicado en la revista Pediatrics.
- Mayor probabilidad
de embarazo ectópico (el que ocurre fuera del útero), es una
complicación del embarazo del primer trimestre, que puede ser potencialmente
peligro para la vida de la mujer y el bebé (embrión) no puede sobrevivir.
- Menos peso al
nacer. Los hijos de fumadoras llegan al mundo con un peso
de entre 250 y 750 g menos. ¿Cómo se puede explicar?
El tabaquismo durante el embarazo provoca un
envejecimiento prematuro de la placenta, quedando ésta limitada a la hora de
cumplir con sus funciones (nutrir y oxigenar al feto, entre otras), por lo que
los bebés de madres fumadoras suelen pesar menos. Señalar también, que muchas
sustancias nocivas del tabaco atraviesan la placenta y llegan al riego
sanguíneo del bebé, como el monóxido de carbono, lo que bloquea el oxígeno que transporta la sangre y daña su suministro, ocasionando un
estado de hipoxia crónica al feto. A esto añadir, el efecto de la nicotina
(hipoxemia aguda), que hace que los vasos sanguíneos se estrechen, provocando
una disminución de oxígeno y nutrientes que llegan al feto. Esa hipoxia fetal
causa retardo en la multiplicación celular y, consecuentemente, menor
desarrollo fetal.
Para que os hagáis una idea, cada una de las caladas,
provoca espasmos en los vasos sanguíneos de la madre y como consecuencia, el
feto sufre alteraciones cardiacas y respiratorias. Una vez que se termina un
cigarrillo, tendrán que pasar unos 45 minutos hasta que el feto se recupere de
estas alteraciones.
Existe además una relación dosis-respuesta, cuanto
mayor es el número de cigarrillos consumidos, mayor es la tasa de recién
nacidos de bajo peso al nacer. Se cree que el bajo peso al nacer de los hijos
de madres fumadoras se debe a un retraso directo del crecimiento dentro del
útero y no es debido a la prematuridad, es decir, son niños pequeños para la
edad de gestación.
En las mujeres fumadoras que abandonan el hábito
tabáquico durante la gestación, el peso de sus hijos puede ser idéntico al de
los hijos de las que nunca han fumado. Aunque todavía no se conoce con
exactitud cuál es el momento en el que el consumo del tabaco es más perjudicial
para el peso final del recién nacido, parece más evidente que sea en el tercer
trimestre del embarazo, periodo en el que la demanda de oxigeno es mayor y más
urgente.
- Aumento del
síndrome de la muerte súbita del lactante. Los hijos de
madres fumadoras no desarrollan correctamente las neuronas del centro
respiratorio, y esto provoca que tengan 50 veces más posibilidades de sufrir
muerte súbita que los de madres no fumadoras.
- Más frecuencia
de parto prematuro. El riesgo de adelanto del parto se
multiplica por 4-6 en fumadoras frente a no fumadoras. Pero no sólo esto,
también aumentan en la misma proporción los trastornos del tercer trimestre del
embarazo, como placenta previa (una condición en la que la placenta se ubica en
una posición muy baja en el útero y cubre la totalidad o parte del cuello del
útero), Abruptio Placentae (desprendimiento prematura de la placenta), hemorragias
de la misma, Rotura prematura de membranas (el saco que contiene al bebé dentro
del útero se rompe antes de que comiencen el trabajo de parto), etc.
No podemos obviar el hecho de que, los recién
nacidos prematuros y con bajo peso al nacer tienen mayores riesgos de sufrir
problemas graves de salud durante el primer periodo de vida, tales como parálisis cerebral, retraso mental y
problemas de aprendizaje.
- Mayor riesgo de
malformaciones y enfermedades graves.
Los expertos de la Fundación March of Dimes (Estados
Unidos) encontraron que las mujeres que fumaron estando embarazadas tenían
cerca de 2,5 veces más de probabilidades de tener bebés con labio leporino o
paladar hendido (defectos congénitos)
Uno de los
efectos del tabaco sobre el futuro bebé es el aumento de la inestabilidad
cromosómica, detectado en fetos de madres fumadoras, que se considera un factor
de predisposición al cáncer. Un estudio, en fase inicial, llevado a cabo en la
Unidad de Biología y Genética Humana de la Facultad de Medicina de la
Universidad Autónoma de Barcelona, publicado por la prestigiosa revista Journal
of the American Medical Association (JAMA) demuestra que los cromosomas de los
fetos de madres fumadoras presentaron un aumento significativo de anomalías
cromosómicas, en comparación con los fetos de madres no fumadoras. Además, tan
sólo en fetos de madres fumadoras se detectó la presencia de lesiones en una
región del cromosoma 11 (banda 11q23) en la que se encuentran diversos genes
que pueden contribuir al desarrollo de leucemias durante la infancia. Otro tipo
de tumores como el de riñón, también es más frecuente en niños cuyas madres
fumaron en el embarazo. Y es que las sustancias carcinogenéticas pasan a la
sangre fetal y por las especiales características que hay en el líquido
amniótico, estas sustancias no se depuran ni eliminan con la rapidez adecuada,
lo que provoca que aumente su capacidad carcinogenética.
- Aumento de la
prevalencia de asma bronquial. Los hijos de madres
fumadoras nacen con un peor desarrollo del árbol bronquial. Si, además, la
madre continúa fumando después del parto, el humo ambiental del tabaco puede
dañar más el desarrollo del sistema respiratorio del niño y condicionarle en la
aparición del asma bronquial. Es decir, no existe una relación directa entre el
humo del tabaco y el asma bronquial, pero sí que actúa como un factor de riesgo
para el desarrollo de esta enfermedad en el niño. También incide en un mayor número
de enfermedades e infecciones de vías respiratorias (como
otitis, bronquitis, neumonía).
“NO CONVERTIR AL NIÑO
EN FUMADOR PASIVO”
- Problemas en la
sangre. El humo del tabaco causa daño celular e
inflamación de los tejidos en los fumadores pasivos y hace que la sangre sea
más propensa a coagularse.
- Estrabismo.
Con cada cigarrillo fumado en el embarazo se eleva un 5% el riesgo de que el
niño tenga estrabismo, según un estudio publicado en la American Journal of Epidemiology
- Problemas de
fertilidad. Además de reducir la fertilidad de las personas
fumadoras, su consumo durante el primer trimestre daña la fertilidad futura del
bebé, ya que reduce el número de células germinales y somáticas.
- Signos de
irritabilidad y temblor que se asocian a un posible síndrome de abstinencia del
recién nacido por la nicotina (temporal), según un
estudio de la Universidad de Brown (Estados Unidos). También se sugiere que los
bebés de madres que fuman durante el embarazo pueden experimentar un síndrome
de abstinencia similar al observado en los bebés de madres que consumen ciertas
drogas ilícitas.
Un estudio publicado en la American Medical Journal of Psychiatry en 2003 advierte de que los
niños prenatalmente expuestos a altas dosis de tabaco (más de 20 cigarrillos
por día) tienen un alto riesgo de desarrollar de adultos una dependencia de la
nicotina.
- Hiperactividad y
Déficit de Atención. La University Collegue de Londres ha
comprobado que los niños que respiran humo de tabaco son más proclives a la
hiperactividad.
- Efectos de la
nicotina a través de la leche materna (tiene acción sobre el
corazón y el Sistema Nervioso). En la lactancia la nicotina disminuye la
producción de leche, produce inquietud, insomnio, vómito, diarreas, succión
débil, apneas y debilidad del lactante.
Estas son algunas de las consecuencias, un sinfín de
problemas que el bebé tendrá que enfrentarse antes y después de nacer.
A pesar de la educación para la salud y de toda la
información que hay sobre los efectos del tabaco durante la gestación, hay un
alto índice de mujeres fumadoras durante el embarazo que no abandonan el hábito
tabáquico (entorno al 30%), por lo que el tabaquismo en gestantes (y a nivel
general) constituye un importante problema de salud pública.
En mi opinión, creo que las campañas informativas y
educativas para que las mujeres dejen de fumar, por lo menos durante el embarazo,
no están siendo efectivas, por lo que deberían modificarse.
IMPORTANTE: Si
estás embarazada o tienes intención de ser madre, NO LO DUDES, consulta con tu
matrona para que te ayude a dejar el
tabaco, ella dispone de recursos seguros que te pueden ser de mucha utilidad.
Además, es el mejor momento para dejar de fumar, ya que hay razones de peso
para hacerlo.
Alejandra
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