Me he encontrado con un escrito muy interesante que
habla de los cuatro grandes mitos de la dilatación en el parto, lo que os
muestro es una traducción del artículo original “What You Don’t Know About Your
Cervix Can Ruin Your Birth” publicado en http://www.birthologie.com/birth/what-you-dont-know-about-your-cervix/
Además, espero que os resulte de ayuda, sobre todo
cuando se os informa de la evolución de vuestro parto, concretamente de la dilatación,
para que lo que os cuente la matrona o el obstetra al respecto, no os suene a
chino. También se añade un truquillo final de cómo favorecer la dilatación, la
tolerancia al dolor y la progresión del parto.
¿Qué
es? ¿Dónde está?
La mayoría de las mujeres no tienen ni idea de qué
es el cuello del útero (cérvix), dónde está, su función o tan siquiera su
apariencia. El cérvix está aquí:
Y así es como se ve desde abajo, parecido a un
glande (de un pene):
La primera vez que oí sobre anatomía reproductiva
básica estaba embarazada de mi primer hijo, y lo único que realmente aprendí
sobre el cérvix es que está en la parte inferior de mi útero (me lo imaginaba
como la apertura de un globo y mi útero era el globo que se iba a expandir), y
que se tenía que dilatar de 0 a 10 centímetros en el parto. También tenía que
hacerse menos grueso (borrarse) y pasar de una consistencia parecida a la punta
de mi nariz a la de la capa de piel que hay entre los dedos índice y pulgar,
como derritiéndose. Y que durante el parto era necesario que comprobaran
regularmente el cuello uterino para comprobar que la dilatación progresaba.
Pero eso fue todo. Fue en mi formación como
educadora prenatal y doula cuando descubrí más cosas sobre el cérvix. Cosas que
cambiaron para siempre mi enfoque del
acompañamiento a mujeres durante el parto.
Mito
sobre el cérvix número 1: 10 es el número
mágico.
No, no lo es. ¿Sabías que se puede dilatar más de 10
centímetros? ¿Qué? ¿Ahora todas tenemos
que dilatar tanto? Suena horrible! Es horroroso ¿verdad?
En realidad no. Al menos no más que
dilatar hasta 10. Dilaté bastante más de 10 centímetros en mi último parto, y
la cabeza de mi bebé midió 14,75 cm. Eso
es, dilaté hasta casi los 15 cm. Y además sobreviví. Y además no me dolió más
que en mis otros partos en los que dilaté sólo 10. Así que, sólo porque estés
dilatada de 10 centímetros no significa necesariamente que estés preparada para
empujar. Si no sientes el impulso de empujar a los 10 cm y se te ordena que lo
hagas, forzarás el cérvix a abrirse “en contra de su voluntad” y resultará
dañado. Si tienes una epidural previa y no sientes este impulso, el riesgo de
daños es todavía mayor.
Mito
sobre el cérvix número 2. El cuello del útero
dilata en una forma perfecta de círculo.
El cuello uterino no dilata como un círculo como se
dibuja en las imágenes que enseñan la dilatación. En realidad se abre como la
elipse dibujada más abajo.
“Se abre desde atrás hacia delante como una elipse.
La apertura se encuentra en la parte trasera de la vagina y durante
el inicio de la dilatación se abre hacia delante. En algún punto del proceso
casi todas las mujeres tienen un reborde anterior (que significa que la parte
superior del cérvix no está totalmente dilatado) porque es la última parte que
sube sobre la cabeza del bebé. Que este reborde se detecte o no depende de si
se realiza o cuando se realice un tacto vaginal. Un borde posterior es muy
extraño porque esa parte del cérvix desaparece antes, o porque es difícil
alcanzarla con los dedos.
Mito
sobre el cérvix número 3. Los tactos
vaginales no dañan el cérvix ni dificultan la dilatación.
La matrona Carla Hartley en Ancient Art Midwifery lo
explica así:
“El cérvix no debería ser tocado, se produce una
respuesta inflamatoria al material extraño (los guantes) y a la presión, y una
respuesta hormonal. Al cuerpo puede resultarle confuso que, mientras intenta
vaciar el útero, se dé una interferencia desde el cuello del útero al ser
tocado y manipulado de una manera extraña para él. LOS TACTOS VAGINALES NO SON
FISIOLÓGICOS Y SUPONEN UNA INTERRUPCIÓN AL PROCESO NATURAL DEL PARTO.
Y sobre pujar… NO LO HAGAS… tu cuerpo sabe como
expulsar un bebé sin tu ayuda, es un reflejo. Ni siquiera esperes tener ganas,
sólo espera una sensación de tu cuerpo tomando el control absolutamente,
sacando al bebé como está DISEÑADO para hacer.
Habló mucho sobre el abuso verbal y digital en el
parto, y los tactos vaginales son un ejemplo de abuso digital.
Las matronas (y los obstetras y enfermeras) que
piensan que los tactos vaginales son buenos o necesarios no tienen la formación
suficiente o no están actualizados con los conocimientos científicos que
prueban que el parto es más seguro si se deja tranquilo sin intervenir. La
manera más segura de actuar una matrona es con las manos fuera y la boca
cerrada.”
Mito
sobre el cérvix número 4. Tu cuello uterino
es diferente y está aislado de otras partes del cuerpo.
Ina May Gaskin, la madre de la matronería moderna ha
acuñado un término llamado “la ley del esfínter”. Esta ley declara:
Los esfínteres (incluyendo el anal, cervical y
vaginal) son los responsables de traer a tu bebé al mundo. Si los esfínteres
están apretados, el parto no progresará y habrá más dolor.
¿Qué es exactamente la ley del
esfínter de Ina May?
1. El
esfínter anal, el cervical (el cuello del útero) y el vaginal funcionan mejor
en una atmósfera de intimidad y privacidad. Por ejemplo, un baño con pestillo o
un dormitorio donde las interrupciones son improbables o imposibles.
2. Estos
esfínteres no se pueden abrir a la fuerza ni responden bien a órdenes de pujar
o relajar.
3. Cuando el
esfínter está en proceso de apertura, se puede cerrar repentinamente si la
persona se enfada, asusta, es humillada o consciente de sí misma. ¿Por qué? Los
niveles altos de adrenalina en el torrente sanguíneo no favorecen (y muchas
veces impiden) la apertura de esfínteres. Estos factores inhibidores son una
razón importante por la cual las mujeres en las sociedades tradicionales
normalmente escogen otras mujeres, excepto en circunstancias extraordinarias,
para acompañarlas y atenderlas durante la dilatación y el parto.
4. El estado de relajación de la boca y la mandíbula
está directamente relacionado a la habilidad del cérvix, la vagina y el ano
para abrirse completamente.
Insisto, y en otras palabras:
Boca abierta = Cérvix abierto
Garganta abierta = Vagina abierta
Es casi imposible parir con eficacia con los labios
apretados y la garganta cerrada. Puedes intentarlo ahora mismo… cuando relajas
la mandíbula, abres la boca y la garganta, las nalgas se relajan
automáticamente y te hundes en la silla. Ina May habla de los beneficios de los
besos, y de mantener la boca y los labios sueltos y abiertos. Besar también
provoca la segregación de oxitocina y otras hormonas del amor que elevan la
tolerancia al dolor y aceleran el parto.
Deseo que os hubiese gustado...
Alejandra