viernes, 8 de febrero de 2013

Sofocos de la menopausia



                              


Definimos la menopausia como el cese permanente de la menstruación y tiene consecuencias fisiológicas, con la disminución de la secreción de estrógenos (hormonas femeninas) por pérdida de la función folicular. Es un paso dentro de un proceso lento y largo donde termina la fase reproductiva de la mujer.

La edad promedio de una mujer que está teniendo su último periodo, la menopausia, es 51,4 años. Este último sangrado es precedido por el climaterio, que es la fase de transición entre la etapa reproductiva y no reproductiva de la mujer. Este proceso se inicia varios años antes del último período, cuando el ciclo empieza a ser menos regular. La disminución en los niveles de estrógenos y progesterona causa cambios en su menstruación. Estas hormonas son importantes para mantener en buen estado de salud de vagina y útero, lo mismo que para los ciclos menstruales normales y para un embarazo exitoso. El estrógeno también ayuda a la buena salud de los huesos y a que las mujeres mantengan un buen nivel de colesterol en la sangre..

Algunos tipos de cirugía o el uso de medicamentos anticonceptivos pueden producir la menopausia. Por ejemplo, la extirpación del útero provoca el cese de la menstruación. Cuando se extirpan ambos ovarios, los síntomas de la menopausia empiezan de inmediato, sin importar la edad.

Estos bajos niveles de estrógenos son los culpables de la aparición de los clásicos síntomas de la menopausia que incluyen sofocos repentinos, sequedad vaginal, alteraciones del estado de ánimo, mareos, dolores de cabeza, trastornos del sueño y disminución del deseo sexual.

En este post nos vamos a centrar en los sofocos que tan malos momentos han hecho pasar a mi madre y a muchísimas mujeres en el mundo. Como ya hemos dicho están causados por la disminución de estrógenos y progesterona, lo que produce una mala regulación de la temperatura corporal que lleva a un aumento de riego sanguíneo en el rostro, pecho y cuello con la consecuente sensación de calor y sudor que acompaña a este período.

El sofoco o bochorno es una  sensación de calor intenso,  muchas veces acompañada de sudor, enrojecimiento de la piel y aumento de la frecuencia cardiaca que puede durar de dos a tres minutos en cada ocasión. En ocasiones también puede aparecer ansiedad, sensación de presión en la cabeza y pecho, de ardor, de ahogo, náuseas, y dificultad para la concentración.

La sensación de calor comienza generalmente en el rostro o en el pecho y se despliega por todo el cuerpo. En muchas ocasiones tras los sofocos pueden aparecer unos molestos escalofríos. La sudoración suele acompañar a los sofocos, aunque en ocasiones puede presentarse aislada. Puede variar desde una sudoración localizada, en las palmas de las manos o en la frente, hasta generalizarse por todo el cuerpo, llegando a mojar y a empapar toda la ropa, requiriendo a menudo el cambio de la misma. Algunas mujeres pueden sufrir desmayo si la sensación es muy fuerte. Existen mujeres a las cuales no les sucede.

Los sofocos pueden presentarse durante el día o por la noche, interrumpiendo el sueño y siendo causa frecuente de insomnio y/o fatiga mental y física al día siguiente. Algunas situaciones pueden desencadenarlos, como por ejemplo: una comida caliente, los ambientes cerrados, la utilización de ropas muy justas, un susto o una fuerte emoción, etc.

Su intensidad también es variable. Pueden ser desde muy discretos hasta tan molestos que obligan a la mujer a interrumpir lo que está haciendo y abanicarse o a buscar aire fresco en una ventana. Las mujeres pueden quejarse de los sofocos durante algunos meses o hasta cerca de 5 años. Sin embargo, en algunas mujeres, pueden persistir por un tiempo más prolongado, de hasta 15 o 20 años.

Los sofocos son uno de los principales motivos por los que la mujer menopaúsica acude a nuestra consulta.

Hay varios tipos de sofocos:
Sofocos leves: Son aquellos cuya duración tiende a no sobrepasar los dos minutos. A su vez, no se presentan más de siete veces al día.
Sofocos moderados: Aunque no suelen durar más allá de los dos minutos, sí es más común que se repitan más de siete veces al día.
Sofocos severos: Son aquellos que, además de durar más de dos minutos, se repiten más de siete veces al día.

Tratamiento:
Es importante que la mujer que está preocupada por este tipo de episodios conozca lo que está sucediendo en su cuerpo, ya que de esta manera los podrá controlar mejor. Asimismo las mujeres que tienen sofocos deberán conocer los diversos factores que pueden precipitarlos y contribuir así a evitarlos.

El mejor tratamiento para los sofocos lo constituyen las hormonas sustitutivas, es decir, los estrógenos y los estrógenos con la progesterona, pero existe mucha controversia con este tema ya que parece ser que a largo plazo los riesgos del tratamiento hormonal sustitutivo superan los beneficios. Debido a que cada persona es única, se necesitan considerar numerosos factores antes de tomar la decisión de usar terapias hormonales, incluyendo su historial médico y familiar.

Por este motivo intentaremos centrarnos en un tratamiento más natural y con menor riesgo:


  • Los sofocos son peores durante el tiempo de calor. Por lo que es conveniente usar ropa con  fibras naturales como la lana, el algodón, o el lino,  que permiten que la piel respire mejor, dejando pasar el aire. Utilizar sábanas 100% de algodón.
  • Mantener la casa fresca y ventilada, especialmente el dormitorio.
  • Mantener un ventilador cerca durante el tiempo caliente para reducir el número de los sofocos que experimentas. Mantenerse en lugares con aire acondicionado también es una buena idea.
  • A veces los sofocos están causados por cambios bruscos de temperatura, pasar de un ambiente fresco a otro caliente  o pasar de una caliente a otro freso. Por eso lo recomendable es permanecer en habitaciones que mantengan temperaturas constantes de 22-23º C. Cuando es necesario pasar de un sitio muy frío a uno muy caliente o viceversa, se aconseja mantenerse unos minutos en un lugar de temperatura intermedia, por ejemplo refrescarse la cara antes de salir a la calle si estamos en una habitación con calefacción.
  • Evitar visitar lugares húmedos y calientes, ya que estos lugares pueden fomentar la aparición de los sofocos.
  • Beber agua fría: es importante mantener una buena hidratación para que la evaporación del sudor refresque el organismo. En los momentos de fuertes sofocos beber agua muy fría en pequeños sorbos puede ser una buena manera de refrescarse.
  • Se deben evitar ciertos alimentos que pueden desencadenar un ataque de sofocos como son: el alcohol, la cafeína, la cayena y otros alimentos picantes. Si los sofocos parecen ser peores después de consumir estos alimentos, trata de eliminarlos de tu dieta.
  • Hacer ejercicio por lo menos 30 minutos todos los días. Puedes caminar, correr, andar en bicicleta, o hacer otra actividad. Eso sí, no efectuarlas dentro de 3 horas antes de irse a la cama para ayudar a prevenir los sudores nocturnos.
  • Tomar, por la mañana, un baño de 15 minutos, con agua tibia lo que ayudará a mantenerse sin calores durante todo el día. Igualmente, resulta efectivo bañarse con agua tibia antes de acostarse.
  • Alguno estudios sugieren que la vitamina E puede ayudar a reducir la frecuencia y gravedad de los sofocos y sudores nocturnos durante la menopausia.
  • La fitoterapia puede ayudar a las mujeres que tienen la menopausia. Las hormonas producidas por algunas plantas como la soja, pueden ser eficaces, además, se trata de substancias naturales cuyos efectos secundarios son limitados. Algunas plantas, como la pasiflora o valeriana calman, y relajan cuando son ingeridas en infusión, o diluidas, o utilizadas como aceites esenciales. También las infusiones de soja trébol rojo, cimicifuga, salvia y lúpulo parecen disminuir los sofocos. Pero su ingestión debe ser siempre bajo supervisión médica y en las cantidades recomendadas.
  • Algunas investigaciones sugieren que la soja puede tener algún beneficio para la reducción de sofocos y sudores nocturnos y otros síntomas de la menopausia. Sin embargo, se recomienda que obtengas tu soja de los alimentos y no de suplementos. Los alimentos que contienen soja son el tofu, el tempeh, miso, leche de soja, semillas enteras de soja, proteína vegetal texturizada, y el polvo de soja.
  • Las isoflavonas de soja son un tratamiento natural para reducir los sofocos que aparecen en la menopausia. Las isoflavonas al tener una estructura química similar a los estrógenos van a actuar en los mismos lugares que estos supliendo parte de su función.
  • Utilizar técnicas de respiración y relajación natural: se ha comprobado que la realización de ejercicios de respiración y técnicas de relajación como el yoga o tai-chi ayudan a mantener un control del metabolismo, lo que resulta conveniente para disminuir la frecuencia e intensidad de los sofocos.
  • Practicar la respiración profunda: para ello  se debe inhalar durante cinco segundos y exhalar, después, durante cinco segundos. Efectúe ocho respiraciones por minuto.  Se recomienda practicar la respiración profunda durante 15 minutos dos veces al día especialmente cuando se comience a sentir el sofoco.
  • Mantenerse en el peso ideal, ya que al eliminar los kilos de más, los síntomas de sofoco también se reducen.
  • Vigilar la presión arterial para que se mantenga dentro de los parámetros normales.

Espero que todas estas recomendaciones os sean de ayuda, en caso de que tengáis cualquier duda no dudéis en acercaros a vuestra matrona o médico de cabecera para que os la resuelvan.

Lucía.

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