domingo, 28 de abril de 2013

"Lo que no sabes de tu cérvix puede arruinarte el parto"



Me he encontrado con un escrito muy interesante que habla de los cuatro grandes mitos de la dilatación en el parto, lo que os muestro es una traducción del artículo original “What You Don’t Know About Your Cervix Can Ruin Your Birth” publicado en http://www.birthologie.com/birth/what-you-dont-know-about-your-cervix/
Además, espero que os resulte de ayuda, sobre todo cuando se os informa de la evolución de vuestro parto, concretamente de la dilatación, para que lo que os cuente la matrona o el obstetra al respecto, no os suene a chino. También se añade un truquillo final de cómo favorecer la dilatación, la tolerancia al dolor y la progresión del parto.

¿Qué es?  ¿Dónde está?
La mayoría de las mujeres no tienen ni idea de qué es el cuello del útero (cérvix), dónde está, su función o tan siquiera su apariencia. El cérvix está aquí:

Y así es como se ve desde abajo, parecido a un glande (de un pene):
La primera vez que oí sobre anatomía reproductiva básica estaba embarazada de mi primer hijo, y lo único que realmente aprendí sobre el cérvix es que está en la parte inferior de mi útero (me lo imaginaba como la apertura de un globo y mi útero era el globo que se iba a expandir), y que se tenía que dilatar de 0 a 10 centímetros en el parto. También tenía que hacerse menos grueso (borrarse) y pasar de una consistencia parecida a la punta de mi nariz a la de la capa de piel que hay entre los dedos índice y pulgar, como derritiéndose. Y que durante el parto era necesario que comprobaran regularmente el cuello uterino para comprobar que la dilatación progresaba.
Pero eso fue todo. Fue en mi formación como educadora prenatal y doula cuando descubrí más cosas sobre el cérvix. Cosas que cambiaron para siempre mi enfoque  del acompañamiento a mujeres durante el parto.

Mito sobre el cérvix número 1: 10 es el número mágico.
No, no lo es. ¿Sabías que se puede dilatar más de 10 centímetros? ¿Qué?  ¿Ahora todas tenemos que dilatar tanto? Suena horrible! Es horroroso ¿verdad?
En realidad no. Al menos no más que dilatar hasta 10. Dilaté bastante más de 10 centímetros en mi último parto, y la cabeza de mi bebé midió 14,75 cm.  Eso es, dilaté hasta casi los 15 cm. Y además sobreviví. Y además no me dolió más que en mis otros partos en los que dilaté sólo 10. Así que, sólo porque estés dilatada de 10 centímetros no significa necesariamente que estés preparada para empujar. Si no sientes el impulso de empujar a los 10 cm y se te ordena que lo hagas, forzarás el cérvix a abrirse “en contra de su voluntad” y resultará dañado. Si tienes una epidural previa y no sientes este impulso, el riesgo de daños es todavía mayor.

Mito sobre el cérvix número 2. El cuello del útero dilata en una forma perfecta de círculo.
El cuello uterino no dilata como un círculo como se dibuja en las imágenes que enseñan la dilatación. En realidad se abre como la elipse dibujada más abajo.
 “Se abre desde atrás hacia delante como una elipse. La apertura se encuentra en la parte trasera de la vagina y durante el inicio de la dilatación se abre hacia delante. En algún punto del proceso casi todas las mujeres tienen un reborde anterior (que significa que la parte superior del cérvix no está totalmente dilatado) porque es la última parte que sube sobre la cabeza del bebé. Que este reborde se detecte o no depende de si se realiza o cuando se realice un tacto vaginal. Un borde posterior es muy extraño porque esa parte del cérvix desaparece antes, o porque es difícil alcanzarla con los dedos.

Mito sobre el cérvix número 3. Los tactos vaginales no dañan el cérvix ni dificultan la dilatación.
La matrona Carla Hartley en Ancient Art Midwifery lo explica así:
“El cérvix no debería ser tocado, se produce una respuesta inflamatoria al material extraño (los guantes) y a la presión, y una respuesta hormonal. Al cuerpo puede resultarle confuso que, mientras intenta vaciar el útero, se dé una interferencia desde el cuello del útero al ser tocado y manipulado de una manera extraña para él. LOS TACTOS VAGINALES NO SON FISIOLÓGICOS Y SUPONEN UNA INTERRUPCIÓN AL PROCESO NATURAL DEL PARTO.
Y sobre pujar… NO LO HAGAS… tu cuerpo sabe como expulsar un bebé sin tu ayuda, es un reflejo. Ni siquiera esperes tener ganas, sólo espera una sensación de tu cuerpo tomando el control absolutamente, sacando al bebé como está DISEÑADO para hacer.
Habló mucho sobre el abuso verbal y digital en el parto, y los tactos vaginales son un ejemplo de abuso digital.
Las matronas (y los obstetras y enfermeras) que piensan que los tactos vaginales son buenos o necesarios no tienen la formación suficiente o no están actualizados con los conocimientos científicos que prueban que el parto es más seguro si se deja tranquilo sin intervenir. La manera más segura de actuar una matrona es con las manos fuera y la boca cerrada.”

Mito sobre el cérvix número 4. Tu cuello uterino es diferente y está aislado de otras partes del cuerpo.
Ina May Gaskin, la madre de la matronería moderna ha acuñado un término llamado “la ley del esfínter”. Esta ley declara:
Los esfínteres (incluyendo el anal, cervical y vaginal) son los responsables de traer a tu bebé al mundo. Si los esfínteres están apretados, el parto no progresará y habrá más dolor.
¿Qué es exactamente la ley del esfínter de Ina May?
1.  El esfínter anal, el cervical (el cuello del útero) y el vaginal funcionan mejor en una atmósfera de intimidad y privacidad. Por ejemplo, un baño con pestillo o un dormitorio donde las interrupciones son improbables o imposibles.
2.  Estos esfínteres no se pueden abrir a la fuerza ni responden bien a órdenes de pujar o relajar.
3.  Cuando el esfínter está en proceso de apertura, se puede cerrar repentinamente si la persona se enfada, asusta, es humillada o consciente de sí misma. ¿Por qué? Los niveles altos de adrenalina en el torrente sanguíneo no favorecen (y muchas veces impiden) la apertura de esfínteres. Estos factores inhibidores son una razón importante por la cual las mujeres en las sociedades tradicionales normalmente escogen otras mujeres, excepto en circunstancias extraordinarias, para acompañarlas y atenderlas durante la dilatación y el parto.
4. El estado de relajación de la boca y la mandíbula está directamente relacionado a la habilidad del cérvix, la vagina y el ano para abrirse completamente.
Insisto, y en otras palabras:
Boca abierta = Cérvix abierto

Garganta abierta = Vagina abierta
Es casi imposible parir con eficacia con los labios apretados y la garganta cerrada. Puedes intentarlo ahora mismo… cuando relajas la mandíbula, abres la boca y la garganta, las nalgas se relajan automáticamente y te hundes en la silla. Ina May habla de los beneficios de los besos, y de mantener la boca y los labios sueltos y abiertos. Besar también provoca la segregación de oxitocina y otras hormonas del amor que elevan la tolerancia al dolor y aceleran el parto.
Deseo que os hubiese gustado...

Alejandra

viernes, 26 de abril de 2013

Síndrome Premenstrual


Voy a hablar de  algo que afecta sólo a las mujeres, y de lo que hemos oído hablar, y seguro que muchas padecen, como es el síndrome premenstrual (SPM) y también del trastorno disfórico premenstrual, como afectación mayor.
El primero es un trastorno que, ocurre unos 7-10 días antes de la menstruación y desaparece poco después de su comienzo. La frecuencia exacta es desconocida, pero se estima que un 30-80% de las mujeres (dependiendo de los estudios) tienen algún síntoma antes de la menstruación, y que un 10% presenta síntomas importantes que afectan a su actividad diaria.

Causas:
No se conoce el mecanismo exacto, se piensa que puede estar mediado por cambios hormonales en los niveles de estrógenos y progesterona, junto con una deficiencia de vitamina B6.
El síndrome premenstrual es un tema controvertido, pues durante años se le ha relacionado con inestabilidad en el carácter femenino, no obstante, diversas teorías establecen que los cambios hormonales del ciclo menstrual ejercen influencia en la química cerebral.
Ahora bien, hay que considerar que existen diversas hipótesis que intentan explicar el síndrome premenstrual, las cuales contemplan respuesta anormal del organismo ante los cambios hormonales, alergia a la progesterona y deficiencia de calcio y magnesio en la dieta.
La teoría más aceptada se relaciona con las fluctuaciones en los niveles de estrógenos y progesterona, pues diversas investigaciones han encontrado que estas hormonas ocasionan variaciones en los neurotransmisores (sustancias cerebrales que permiten la comunicación entre las neuronas) serotonina y triptófano, los cuales se encargan de importantes funciones, como estado de ánimo, apetito, sueño, memoria, aprendizaje, temperatura, comportamiento y contracciones musculares.
La ovulación es el requisito fundamental para que se produzca ya que derivados de la progesterona, fabricada por el organismo femenino, puede modular a varios neurotransmisores y neuropéptidos, responsables del estado anímico. También los niveles reducidos de calcio y vitamina D pueden propiciar su aparición, así como los factores hereditarios.
En la mayoría de las ocasiones, el síndrome premenstrual está indicando que existe un desequilibrio hormonal que aún no se conoce bien, relacionado con las hormonas ováricas. Pero siempre se ha considerado injustamente, que tiene un trasfondo psicológico, consecuencia de una supuesta personalidad histérica o neurótica de la mujer.

Síntomas:
El tipo de síntomas y su intensidad varían de una mujer a otra y de un ciclo a otro. En muchas mujeres los síntomas son significativos pero de corta duración y no resultan invalidantes; en otras la paciente no puede desarrollar su actividad habitual y viven este periodo como un auténtico calvario debido a las severas molestias.

  • Los síntomas más frecuentes son irritabilidad, depresión, llanto fácil, fatiga, somnolencia o problemas para dormir, cefaleas, edema en piernas, abdomen o mamas (con o sin dolor), incremento del apetito o apetencia por sabores determinados, aumento de peso (por retención de líquidos), nerviosismo, agitación, ira y dificultad de concentración. 
  • Los síntomas relacionados con la retención de líquidos son edema, aumento transitorio de peso, oliguria y tensión y dolor mamarios. 
  • Los síntomas neurológicos y vasculares incluyen cefalea, vértigo, síncope, parestesias en las extremidades, facilidad de aparición de hematomas y palpitaciones cardíacas. La epilepsia puede agravarse. 
  • Los síntomas gastrointestinales incluyen estreñimiento, náuseas, vómitos y cambios del apetito. 
  • Puede haber pesadez o presión pélvica y dolor de espalda. 
  • También pueden surgir problemas de la piel como acné, agravamiento de otros trastornos cutáneos. 
  • Los problemas respiratorios (por ejemplo, alergias e infección) y oculares (por ejemplo, alteraciones visuales y conjuntivitis) pueden empeorar.
Este conjunto de síntomas constituyen el síndrome premenstrual, pero lógicamente no todos se presentan, ni lo hacen con la misma intensidad, aunque tensión mamaria, inflamación en abdomen e irritabilidad son los que padece la mayoría de la mujeres.
  • Más grave es el trastorno disfórico premenstrual, ya que los síntomas que la mujer presenta son más acusados e importantes. La causa es desconocida, al igual que el anterior; aunque las hormonas parece que juegan un papel clave. Entre el 3 y el 8% de las mujeres se ven afectadas durante los años en los que tienen periodos con regla. 
Los síntomas del síndrome disfórico premenstrual son similares a los del síndrome premenstrual, sin embargo, generalmente son más graves e incapacitantes e incluyen al menos un síntoma relacionado con el estado de ánimo. Los síntomas se presentan durante la semana justo antes del sangrado menstrual y generalmente mejoran al cabo de unos cuantos días después de que comience el período.
Se deben presentar 5 o más de los siguientes síntomas para diagnosticar el síndrome disfórico premenstrual, incluyendo un síntoma relacionado con el estado de ánimo:
- Desinterés por las actividades diarias y por las relaciones con los demás.
- Cansancio o falta de energía.
- Sentimiento de tristeza o desesperanza y posibles pensamientos suicidas.
- Sensación de tensión o ansiedad o sensación de pérdida de control.
- Sentirse fuera de control.
- Deseo compulsivo por consumir alimentos o comilonas excesivas
- Altibajos en el estado de ánimo caracterizados por períodos de llanto.
- Ataques de pánico.
- Irritabilidad  o ira persistente (enfado) que afecta a otras personas.
- Síntomas físicos como distensión abdominal, sensibilidad en las mamas, dolores de cabeza y dolor muscular o articular.
- Tener dificultad para dormir.
- Problemas para pensar o concentrarse.
Hasta un 10% de las mujeres que informan sobre síntomas de síndrome premenstrual, en particular aquéllas con síndrome disfórico premenstrual, ha tenido pensamientos suicidas. El suicidio en mujeres con depresión es mucho más probable que ocurra durante la última mitad del ciclo menstrual.
El síndrome disfórico premenstrual puede estar asociado con trastornos en la alimentación y el tabaquismo.
A pesar de este impacto en la vida personal y social, la mayor parte de las mujeres la asumen como normal y no acuden al médico. Muchas piensan que no tiene solución. Es conveniente que se acuda al médico por muy leve que sean los síntomas, puesto que se puede encontrar el tratamiento adecuado que ayude a sobrellevarlo.           

Tratamiento:
Un estilo de vida saludable es el primer paso para manejar el síndrome disfórico premenstrual. Algunos de los puntos clave son:

  • Dieta. Consumo de una alimentación equilibrada (con más granos integrales, verduras, frutas y disminución del consumo de sal, azúcar, alcohol y cafeína). 
  • Ejercicio aeróbico regular a lo largo del mes para reducir la intensidad de los síntomas del SPM. Nos proporciona una sensación de bienestar y energía. 
  • Evaluar el sueño. Intenta dormir unas 8 horas.
  • Tener un diario o calendario para registrar: El tipo de síntomas que estás experimentando, la intensidad, la duración.
  • Evaluar la necesidad de ayuda psicológica. 
  • Control del estrés. Debido a que es un tanto complicado evitar todas las situaciones estresantes, se recomienda poner en práctica alguna técnica de relajación (por ejemplo, ejercicios de respiración o yoga) que permita liberar la tensión. 
  • Ocio. Cuando el humor es cambiante resulta benéfico practicar alguna actividad tranquilizante, como leer, escuchar música o dar un paseo.
Como puedes ver, hay diversas medidas que ayudan a prevenir y controlar las terribles molestias del síndrome premenstrual, por lo que está en tus manos evitar que los síntomas de este trastorno ensombrezcan tus días.
Otros tratamientos pueden ser:

  • Anticonceptivos, pero su uso para este fin es controvertido ya que pueden disminuir o incrementar los síntomas del SPM, incluso la depresión. 
  • Diuréticos pueden servir para las mujeres que experimentan aumento significativo de peso debido a la retención de líquidos (por indicación facultativa) 
  • Suplementos nutricionales, como la vitamina B6, el calcio y el magnesio. 
  • Analgésicos, como paracetamol o ibuprofeno, para el dolor de cabeza, el dolor de espalda, los cólicos menstruales y la sensibilidad en las mamas. 
  • Los síntomas del síndrome disfórico premenstrual pueden volverse tan intensos que interfieren con la vida diaria de una mujer y requiera tratamiento antidepresivo. Las mujeres que sufren de depresión pueden presentar síntomas peores durante la segunda mitad de su ciclo menstrual y pueden requerir cambios en sus medicamentos.
Manejo:
En primer lugar, debe comprobarse que los síntomas antes citados realmente sean ocasionados por el síndrome premenstrual, para lo cual es necesario anotar las fechas en las que aparecen durante tres meses. En caso que se presenten 7 ó 14 días antes del sangrado y suelan disminuir cuando éste llega, no hay duda que se padece dicho trastorno.
Asimismo, habrá que acudir al ginecólogo para que realice una historia médica completa, revisión física, análisis de sangre u otras pruebas complementarias, ello con el fin de descartar la presencia de enfermedades que pudieran ocasionar síntomas similares a los del síndrome premenstrual, como endometriosis (cuando el revestimiento interno del útero, endometrio, crece fuera de él), alteraciones hormonales o miomas (tumores benignos que crecen en el tejido muscular del útero).

Recuerda: Ante cualquier duda consulta con tú matrona o ginecólogo.

Alejandra


Maniobra de Hamilton

                                  
La maniobra de Hamilton o desprendimiento de membranas, es una técnica obstétrica que consiste en la introducción de un dedo enguantado en la vagina de la gestante por parte del ginecólogo o de la matrona para tirar de las membranas que rodean al bebé y despegarlas del cuello del útero, con el objetivo de favorecer la liberación de prostaglandinas que son unas hormonas que desencadenan contracciones uterinas en 24 horas y desencadenan el proceso del parto.

Esta maniobra suele realizarse a partir de la semana 40 cuando el embarazo a llegado a término, y con ella aumenta la posibilidad de que el parto comience en las 48 horas siguientes, sin tener que recurrir a otros procedimientos de inducción, aunque no siempre es efectiva. Se realiza cuando el obstetra considera que tras salir de cuentas la eficacia de la placenta disminuye y está en riesgo el bienestar o la salud del bebé
Mediante esta maniobra, por tanto, el polo inferior de las membranas (que conectan el saco amniótico a la pared del útero) se despega del segmento uterino inferior mediante un movimiento circular del dedo que examina.

La separación de membranas hace que se liberen las hormonas llamadas prostaglandinas, que ayudan a desencadenar el parto. De este modo se aumenta la posibilidad de que el parto comience en las siguientes 48 horas, y la probabilidad sería mayor cuanto más blando y preparado para el parto esté el cuello del útero. Es decir, cuando ya haya cierta dilatación y el cuello ha madurado y ha ablandado, siempre que la bolsa amniótica esté íntegra, aparte de que no exista ninguna complicación en el embarazo. Los estudios señalan que el despegamiento de membranas en algunos casos reduce la necesidad de otros métodos de inducción del trabajo de parto.

Consecuencias
Hay un 30% de probabilidad de que se inicie el parto en las siguientes horas.
Es seguro para la madre y el feto, pero se recomienda hacerlo en un entorno adecuado para ser asistida en caso de que comience el proceso del parto.
Puede provocar pequeñas hemorragias o pérdidas de sangre. Así como leves calambres.
En ocasiones puede resultar molesto e incluso doloroso para la embarazada, pero las molestias remitirán al finalizar la exploración.
Puede producir pequeñas contracciones irregulares inmediatamente después del procedimiento.

Antes de realizarla, el especialista debe explicar a la embarazada por qué está indicada en su caso, en qué consiste esta maniobra y pedir su consentimiento (no es necesario que sea informado por escrito).
Si la mujer no está de acuerdo, puede negarse a que se la hagan, y el especialista debe respetar su decisión.

Ante cualquier duda no dudes en consultarla con tu ginecólogo o matrona.

Lucía.

miércoles, 24 de abril de 2013

Masaje perineal antenatal





La FAME (Asociación de matronas españolas) ha publicado hace un tiempo un documento de consenso para La iniciativa del parto normal. En él se recoge que el masaje perieneal durante la gestación es efectivo para reducir el trauma perineal y las episiotomías.
La aplicación del masaje durante el tercer trimestre de gestación persigue estirar y ablandar los tejidos, incrementar la elasticidad del periné y familiarizar a la mujer con la sensación de estiramiento, permitiendo relajar más esta zona durante el parto.
Es cierto que la aplicación del masaje perineal puede ocasionar molestias durante las primeras semanas, pero éstas irán desapareciendo gradualmente. Para evitarlas se debe comenzar la técnica sin forzar los movimientos dando tiempo a que los tejidos se habitúen al masaje.
Hay mujeres a las que les cuesta aplicarse el masaje, por lo que es necesario la colaboración de la pareja en la técnica, favoreciendo así los periodos de intimidad entre ellos.
No debemos “agobiarnos” por realizar una técnica perfecta del masaje, siendo más importante la constancia en su seguimiento.
La propia mujer y su pareja verán los efectos rápidamente, observando cómo el periné cada vez es capaz de alcanzar una mayor distensión de los tejidos con menores molestias.
A lo largo del año 2006, se publicaron 4 revisiones sobre la aplicación de Masaje perineal antenatal, en la revista Contemporany OB/GYN y en Birth en junio, en la Clinical Advisor en mayo y en The Cochrane library. Todas ellas coincidieron en que la aplicación de Masaje perineal antenatal en las 4-5 últimas semanas del embarazo reducía la probabilidad (hasta en un 15%) de trauma perineal, incluída episiotomía, en los partos vaginales, siendo mayor el beneficio si la mujer no tenía un parto vaginal previo. Otra de las conclusiones era que generalmente el masaje es bien aceptado por las mujeres.

¿Cómo se realiza el masaje?
1. Lávate bien las manos. Las uñas deben estar recortadas y limpias (si tienes alguna herida, roce, uña mal cortada, aspereza,...es recomendable que uses guantes de latex/goma)
2. Vacía la vejiga de orina antes de comenzar. Familiarízate con tu periné. Puedes ayudarte con un espejo.
 3. Aplícate compresas templadas o realiza el masaje después de haberte tomado una ducha o un baño tibio.
4. Colócate cómodamente. Puedes optar por estar en cuclillas, semisentada, recostada sobre unas almohadas, apoyada en la pared o en la bañera.
5. Si se realiza automasaje, es más fácil utilizar el pulgar. Para la pareja será el índice y/o el corazón. Lubrica los dedos con un aceite antes de empezar. El masaje se puede aplicar con distintos lubricantes, los más usuales son el aceite de rosa de mosqueta, el aceite de almendras dulces y el aceite de oliva. Intentaremos no usar aceites corporales con perfumes,ya que pueden irritar la zona de la vagina. Calentar el aceite un poco, antes del masaje puede ser beneficioso.
Prestar especial atención a cualquier cicatriz que pudiera hacer en los tejidos debido a episiotomías o desgarros de partos anteriores.

Técnica:
a) Introduce los dedos en la vagina 3-4 cm, presiona hacia abajo y hacia los lados de la vagina con un movimiento de balanceo firme pero delicado (en forma de “U”), estirando la zona hasta que se sienta una leve sensación de escozor o quemazón. A continuación desliza el dedo desde la vagina hacia fuera y viceversa, manteniendo una ligera presión durante dos minutos.
Debemos evitar la presión contra la apertura de la uretra para evitar posibles infecciones urinarias.
b) Coloca los dedos en la entrada de la vagina (horquilla) y realiza una presión hacia abajo durante dos minutos o hasta que te moleste. Esto te ayudará a imaginar la presión que ejercerá la cabeza del bebé.
c) Después coge esta zona entre el dedo pulgar y los opuestos, a modo de pinza, y realiza un movimiento de vaivén, de un lado a otro, para estirar el tejido de la entrada de la vagina y la piel del periné. Realiza este movimiento durante 2-3 minutos.
Para terminar, manteniendo los dedos en la misma posición, realiza estiramientos desde dentro hacia fuera abarcando la zona inferior y lateral de la vagina y piel del periné, durante 2 minutos. Esto te ayudará a relajar la zona.
La frecuencia del masaje será a diario o 3 veces por semana durante 10 minutos. Se realizará al menos 3 semanas a partir de la 34-35 semana de gestación.
- Aumenta elasticidad de los músculos del periné y favorece la circulación sanguínea de la zona, por lo que favorece la disminución de incidencia de episiotomía / dolor postparto.

Ventajas
- Ayuda a la relajación de la zona en el momento del parto.
- Promoción del autocuidado y conocimiento del propio cuerpo.
- Lo puede hacer la propia mujer o su pareja (con lo que la pareja se hace partícipe en cuidados prenatales).
- Actitud positiva de la mujer ante el tema.
- Recursos materiales necesarios económicos y fácil de conseguir.
- Ahorro sanitario en material de sutura, anestésicos locales, analgesia, ya que disminuye traumatismos perineales (incluida la episiotomía), por lo tanto no hay que suturar y el gasto que ello conlleva.
- Técnica fácil de realizar.
- No tiene efectos perjudiciales

Contraindicaciones:
Son pocos los casos en los que el masaje perineal está contraindicado, este no se puede realizar si la embarazada sufre infecciones vaginales de repetición o activas, infecciones urinarias, placenta previa, amenaza de parto prematura, rotura prematura de membranas y/o tiene programada una cesárea.

Importante:
En algunos Centros de Atención Primaria El Masaje Perineal forma parte de los temas que se tratan en las clases de Preparación Maternal Grupal, por lo menos, en el que yo hice mi rotación. Pero si no es así, no dudes en preguntar a tu matrona.


Alejandra